Los libritos

Luis de Carvajal El Mozo, es considerado el primer escritor judío en el Nuevo Mundo. Por fortuna, muchos de sus escritos se conservaron y ahora, gracias a esta edición, podremos conocer el contenido completo de tres libros fundamentales de su autoría, los que fueron pruebas irrefutables que le condenaron en su segundo proceso inquisitorial: Lex Adonai, escrito con letras latinas y letreros de oro; Modo de Llamar a Dios, que contenía todas las plegarias para pedir al Señor que los librara de esa terrible situación; y sus Memorias.

Luis, o Joseph Lumbroso, como pasa a llamarse durante su primer encarcelamiento, dedicó muchas horas a la lectura y estudio del judaísmo, especialmente del Génesis, llegando a convertirse en un docto conocedor de la Ley de Moisés. Esto le permitió ser un transmisor activo de su conocimiento a través de los libros que escribió a familiares y correligionarios. En el segundo proceso, confesó haber escrito:

Carvajal debió ser un autodidacta de pocos recursos, por las condiciones en las que vivió, sin embargo, dominaba el latín con cierta fluidez, ya que todas sus traducciones fueron tomadas de textos latinos.
Aunque en su autobiografía sólo menciona el gusto por las lecturas religiosas, en las declaraciones de su segundo proceso revela poseer libros como el Símbolo de la Fe y la Guía de los Pecadores, de fray Luis de Granada; el Espejo de Consolación, de fray Juan de Dueñas y los Diálogos de Amor de Dios, que podría ser el libro de fray Juan de los Ángeles, titulado Triunfo del Amor de Dios.
Sin duda, alguno de esos títulos serviría como fuente de inspiración a Joseph Lumbroso, para iniciar su labor creativa, tal y como lo demuestran las Memorias y la Correspondencia secreta.